“Ya ha sido suficiente“. Así respondió durante esta semana el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, negándose a la posibilidad de que Israel anexione Cisjordania. Se trató de unas declaraciones que no estuvieron acompañadas sobre medidas específicas, pero sí con una promesa por parte del mandatario: “No, no lo permitiré. No va a ocurrir“
La negativa por parte de Trump a uno de sus principales aliados históricos se da en medio de una presión de líderes mundiales, árabes y occidentales, para reconocer un Estado palestino. El avance colonial israelí en dirección al río Jordán frenaría cualquier intento de la solución de dos estados, una medida a la que republicano sí se ha opuesto.
De tal manera, el mandatario norteamericano reconoció que ya conversó al respecto con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu: “Tanto si hablé con él como si no —y hablé con él—, no voy a permitir que Israel anexione Cisjordania. Ya ha sido suficiente. Es momento de parar“.
La respuesta durante esta jornada de Netanyahu fue contundente. “Darles a los palestinos un Estado a un kilómetro y medio de Jerusalén después del 7 de octubre es como darle a Al Qaeda un Estado a un kilómetro y medio de Nueva York después del 11 de septiembre. Es una auténtica locura. Es una locura, y no lo haremos“, aseguró en su discurso ante la Asamblea General de la ONU.
Israel, actualmente, mantiene más de medio millón de colonos en Cisjordania, lo que es considerado ilegal por parte la comunidad internacional, algo que actualmente Trump no ve con buenos ojos. Se estima que aquellos residen en unos 300 asentamientos ilegales dispersos entre Jerusalén Este y Cisjordania.
Tanto Cisjordania como Gaza siguen siendo administrados por distintos gobiernos palestinos, complicando el proceso de paz y las advertencias de graves consecuencias por parte de países árabes e islámicos hacia Trump por una posible anexión.