
Con 41 años de edad, la chilena Susana Moreira se transformó en el rostro de quienes apoyan la necesidad de que el país cuente con una ley de eutanasia y muerte asistida, luego de que en 2023 hiciera una solicitud en ese sentido al presidente Gabriel Boric.
La mujer, que lleva 20 años postrada en cama, padece distrofia muscular degenerativa, una enfermedad irreversible y que sí o sí terminará por costarle la vida.
Fue diagnosticada a los 8 años de edad con una dolencia que afecta todos sus músculos, lo que no solo le impide el movimiento, sino que también tiene problemas para respirar y tragar.
“Esta enfermedad va a avanzar, y voy a llegar a un punto en que no podré comunicarme. Cuando llegue ese momento, necesito que el proyecto de ley de eutanasia sea una ley”, dijo Susana Moreira en la entrevista que concedió a la agencia AP.
“No quiero vivir conectada a máquinas, no quiero una traqueotomía, no quiero una sonda de alimentación, no quiero un ventilador para respirar. Quiero vivir mientras mi cuerpo me lo permita”, añadió en la ocasión.
Susana Moreira es el símbolo de quienes solicitan una ley de eutanasia
Fue durante la Cuenta Pública 2024 que el presidente Gabriel Boric destacó la urgencia que tendría el proyecto de eutanasia.
En aquella ocasión el mandatario puso como ejemplo la carta que le envió Susana Moreira, donde detalla “lo que significa padecer a diario dolores físicos atroces por una distrofia muscular que no le permite tener una vida digna”.
Si bien las palabras de Boric parecían darle un nuevo impulso al proyecto que había sido aprobado inicialmente por la Cámara de Diputados en 2022, en lo concreto permanece estancado en la Comisión de Salud del Senado.