
Francisco Albornoz, químico farmacéutico de 21 años, fue encontrado sin vida a un costado de río Tinguiririca, Región de O’Higgins, diez días después de su desaparición. Según información preliminar aportada por los detenidos, Albornoz habría sufrido una sobredosis mientras participaba junto a Christian González, médico ecuatoriano, y José Miguel Baeza, el otro detenido por el caso, en una práctica conocida como chemsex.
El término chemsex corresponde a una abreviatura de chemical (químicos) y sex (sexo), el cual tiene origen británico. Fue acuñado para referirse a la ingesta voluntaria de drogas psicoactivas en actividades recreativas, con la finalidad de facilitar y/o intensificar las relaciones sexuales. Usualmente suele ser practicado entre hombres que tienen sexo con hombres.
Metanfentaminas, mefedrona, ketamina o el ácido gamma-hidroxibutírico (GHB) son algunas de las sustancias utilizadas para aumentar el placer durante las relaciones sexuales y prolongar su duración.
Expertos aseguran que el chemsex y el slamsex (una variante en que los practicantes se inyectan drogas) representan problemas importantes a la salud pública, ya que conllevan riesgos graves, desde intoxicaciones agudas hasta la muerte.
Las personas que realizan esta peligrosa práctica generalmente sienten una falta de apoyo y comprensión, ya que experimentan diversas barreras para acceder a la atención médica. Algunas de ellas es el estigma y la discriminación, ya sea por el consumo de drogas, de orientación o por las mismas prácticas sexuales; complicaciones legales y sociales, ya que el consumo de sustancias ilegales conlleva un estigma social; junto con la falta de conocimiento de los consumidores.
La posición del Movilh
Consultado por Radio Pauta, el encargado de derechos humanos del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), Ramón Gómez, aseguró que a la organización le preocupa los peligros a los que están expuestos los miembros de la comunidad al mantener este tipo de prácticas.
Además agregó que en aplicaciones de citas, donde se fijan encuentros para esta práctica, “hay muchos delincuentes que se aprovechan de la vulnerabilidad de los hombres homosexuales“.
En febrero de 2020, la Seremi de Salud junto al Movilh dieron a conocer los resultados de la Primera Encuesta sobre el Comportamiento Amoroso, Sexual y Erótico de Hombres Adultos de la Región Metropolitana que Tienen Sexo con Hombres.
El estudio arrojó que el 70,3% de los encuestados tuvo sexo bajo el efecto de las drogas, lo que encendió las alertas para la necesidad de campañas de concientización sobre este tipo de prácticas.