Una nueva polémica involucra por estos días al ex obispo evangélico Eduardo Durán Castro, a quien la Primera Iglesia Metodista Pentecostal acusa de negarse a dejar el cargo del que fue destituido en 2019 y seguir viviendo en una lujosa casa que se ubica en el sector oriente de la capital.
De acuerdo con las denuncias presentadas por la iglesia, tras su destitución, Durán no solo se ha negado a aceptarla, sino que pese a ella en la actualidad continúa presentándose ante autoridades, notarios y los tribunales como obipso.
Según recalcó la Primera Iglesia Metodista Pentecostal en la causa que llevó a los tribunales, si bien compró la vivienda en 2019 en 15.900 UF ($622 millones de hoy) para que viviera Durán Castro mientras era obispo, debió dejarla luego de ser destituido, lo que no ha hecho.
Otras polémicas que involucran al ex obispo Eduardo Durán
Pero lo de la casa en La Dehesa, comuna de Lo Barnechea, en la Región Metropolitana, no se trata de la única polémica en la que ha estado involucrado el ex obispo evangélico Eduardo Durán.
De hecho, según reveló radio Biobío, en la actualidad se tramitan dos querellas en su contra, una por ejercicio ilegal del cargo de obispo y la otra por falsificación de documento público. Lo anterior, luego de que tras fingir que aún está a cargo de la iglesia, habría revocado la representación legal de otros miembros ante notario.
En 2019 Eduardo Durán fue destituido de su cargo tras aparecer vinculado a una serie de situaciones que generaron el repudio por parte de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal.
Una de ellas se relacionó con la posesión de una cuenta corriente con más de 130 millones de pesos obtenidos supuestamente a través de los diezmos, los que empleaba para sustentar una vida de lujo.
No obstante, en octubre de 2024 la Fiscalía Oriente decidió no preservar en la acusación por lavado de dinero por falta de antecedentes.
También causó polémica la separación del ex obispo de su primera esposa y el anuncio de su matrimonio con una nueva pareja.
Por otra parte, se acusó a Eduardo Durán de celebrar en 2019 un contrato simulado de compraventa a través del cual adquirió por $2 millones las marcas de la iglesia de la que fue marginado. Posteriormente se cerró la causa, pero para ello Durán debió cancelar el contrato y devolver las marcas a la Primera Iglesia Metodista Pentecostal.