El alcalde de Ñuñoa, Sebastián Sichel, empleó este martes sus cuentas en las redes sociales para defender la elección de los colores con que se pintó la tradicional pérgola ubicada en la Plaza Ñuñoa, a la vez que cuestionó el hecho de que menos de 24 horas después de reinaugurarla, grafiteros la rayaron, por lo que se la debió pintar otra vez.
Se trata de la última polémica en torno a la histórica estructura, luego de que en abril pasado el jefe comunal había anunciado la idea de demolerla para construir en su lugar una caseta de seguridad.
Aquello, según aseveró el alcalde Sichel, porque el lugar se había transformado en “un foco de incivilidades de todo tipo”, utilizado como “punto de venta de drogas y consumo de alcohol”.
No obstante, en definitiva la idea no logró el apoyo mayoritario de los concejales, por lo que se decidió restaurarla para transformarla en otro punto de atracción en ese sector de la comuna.
Los otros capítulos de la polémica en torno a la pérgola de la Plaza Ñuñoa
Pero la polémica se instaló otra vez en torno a la pérgola de la Plaza Ñuñoa, luego de que el arquitecto Sebastián Gray posteara este lunes que “era difícil un colorido más horrendo“.
Sichel también empleó las redes sociales para responderle: “Gracias por el aporte, pero es el color histórico y patrimonial de la pérgola. No todo es política. Abrazos“.

Luego posteó que “pensé que la recuperación de la pérgola sería motivo de celebración, pero a cierta izquierda boutique le molesta todo“.
Pero lejos de terminar, la polémica continuó este martes, cuando el alcalde Sebastián Sichel se refirió al hecho de que menos de un día después de ser entregada, desconocidos rayaron la estructura con grafiti.
“Un día duró sin que un leso rayara la pérgola. Lo borramos en una hora. Tenemos que terminar con la idea de que lo público debe estar feo o en mal estado. Y denunciar a quienes lo dañan… mala herencia del estallido y los que celebraron el daño al patrimonio“, escribió en su cuenta de X.
