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“La Policía nos torturó física y psicológicamente”: el dramático relato de abogado chileno detenido en Avellaneda

Gabriel Silva acusó que la policía argentina, la noche de la barbarie, llegó a violar derechos humanos de los hinchas chilenos.

Gabriel Silva Riesco es un abogado, agente de la FIFA y representante chileno que, como miles de hinchas, llegaron el pasado jueves hasta el Estadio Libertadores de América, en Avellaneda, para ver el partido entre Independiente y la Universidad de Chile por la Copa Sudamericana.

Al igual que miles de hinchas, esperaba pasar una noche llena de euforia, gritos y mucho fútbol. Pero lo que prometía ser una jornada de celebración, terminó convirtiéndose en su peor pesadilla.

Un brutal enfrentamiento entre hinchas azules y rojos dejó un centenar de detenidos chilenos, varios heridos de los cuales al menos tres cayeron al vacío desde la galería del recinto deportivo que terminó convirtiéndose en un campo de batalla campal.

“Al final del primer tiempo empezó la embarrada, en la parte izquierda de la tribuna y yo estaba detrás del arco. Fue un enfrentamiento que se hizo cada vez más tenso y directo, sobre todo con las personas que estaban en el codo”, recordó Silva en conversación con Clarín.

En un momento, continuó, “la barra de la U lanzó una bomba de estruendo al codo (de Independiente) que detonó e hizo que desalojaran allí, salvo algunos hinchas de Independiente que siguieron ahí batallando y tirando objetos”.

A raíz de eso es que “la policía entró a desalojar el otro codo, donde estaban las familias de los jugadores de la U, los dirigentes y ahí nos llegó el rumor de que los hinchas de Independiente estaban tratando de ingresar a nuestra galería“.

“Ya en ese momento la tensión era muy alta, pero empeoró cuando nos cayó una bomba de estruendo a nuestro sector. No a la galería misma, sino al sector de los accesos. Ahí la gente empezó a correr. Teníamos a los barras de Independiente muy encima y para salir del estadio nos protegíamos de las cosas que nos caían, botellas, objetos… poníamos los brazos para cubrirnos“, agregó el abogado chileno que estuvo en Avellaneda.

Policía argentina acusada de violar DDHH

A raíz de lo que estaba ocurriendo en el estadio de Avellaneda, el abogado chileno junto a su amigo se retiraron, pero al salir se dieron cuenta de que hileras de policías y seguridad privada estaban esperando a los hinchas azules.

“Ahí comenzó lo más brutal y extraño. En vez de querer contener la situación, resguardarnos o ayudarnos, que es lo que cualquier persona esperaría de la policía, comenzaron a agarrarnos a palos“, aseguró.

De hecho, relató, “sin hacer nada más que dirigirme a la salida, cuando me di cuenta me cayeron tres policías encima que me redujeron con una llave y me pusieron boca abajo con las manos en la cabeza. Me pegaron palos y fueron uno o dos minutos que estuve en el suelo recibiendo algunos golpes pero el tiempo se me hizo eterno”.

Gabriel Silva recordó que aunque le comentó a los uniformados que era agente FIFA y que estaba ahí por trabajo, hicieron caso omiso. Fue uno de los primeros en ingresar al carro policial, desde donde logró ver “muchos hinchas boca abajo mientras la policía y la seguridad les daba patadas en la cabeza, golpes de puño y palos. La verdad que era una escena horrible, propia de una cárcel o una guerra. No nos dieron ninguna explicación, se observaba que estaban pegando como si lo disfrutaran, se les veía en el rostro”.

Tras casi dos horas, el vehículo con capacidad para 15 personas, se llenó con más de 40. Una vez que partieron a la comisaría de Sarandí, los funcionarios policiales les exigieron que les entregaran sus celulares. Pero lo peor aún no llegaba.

Una vez en la comisaría, vinieron las humillaciones. “Tuvimos que hincarnos con las manos en la nuca, y nos quitaron todas nuestras pertenencias. Aunque no fue mi caso, a algunos hinchas los hicieron desnudarse y uno solamente escuchaba porque no podías mirar. Nos tenían con la mirada hacia abajo y cualquiera que levantaba la cabeza o atinaba a mirar… palo en la cabeza”, detalló.

“Eran constantes… Amenazas… Cuatro o cinco policías nos decían que habíamos asesinado a una niña de siete años. Ustedes se creen chorros, mataron a una niña de siete años, ahora van a tener que cobrar, van a ver cómo es la cosa acá en Argentina, no van a salir con vida. Era una agresión psicológica brutal y teníamos mucho miedo, después de la golpiza uno a uno estuvimos tres horas o más en la misma posición, hincados”, agregó.

Para el abogado chileno detenido en Avellaneda, “esa noche se violaron derechos humanos, se humilló a los hinchas, nos torturaron física y psicológicamente. Con el cambio de turno llegó la comida y empezó a llegar el agua. Un policía de investigaciones chileno nos comunicó que estaban haciendo lo posible por nuestra liberación y que estaban con nosotros”.

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