El primer debate presidencial entre los ocho candidatos transmitido anoche por Chilevisión estuvo marcado por los emplazamientos cruzados hacia la candidata oficialista Jeannette Jara y el cruce inicial entre ella y José Antonio Kast por la polémica de los bots. Pero conforme fue avanzando el debate otros candidatos tomaron protagonismo o se vieron envueltos en sus propias controversias como lo fue el caso de Parisi.
Sobre los énfasis en el debate, ganadores y perdedores, además de las proyecciones en vistas a los futuros cara a cara de los aspirantes a La Moneda comenta en conversación con EL DÍNAMO José Francisco Lagos, director de RES Pública.
—¿Hubo un ganador?
—Los candidatos que podrían haber ganado propiamente tal fueron los que corrieron menos riesgos, porque obviamente Jeannette Jara Jara y José Antonio Kast iban a ser los emplazados. A priori pensaba que iba a ser José Antonio Kast, pero fue más bien Jara a la que atacaron todos los candidatos.
Respecto a la posición particular, creo que ganaron más los que no se habían mostrado menos, como Harold Mayne-Nicholls, como Marco Enríquez-Ominami y también Johannes Kaiser.
—¿Por qué dirías que ellos lograron pasar por encima de candidatos mejor posicionados en las encuestas como Kast, Jara o incluso Matthei?
—Porque son la novedad. No tienen una participación masiva en las campañas ni en otros debates. Algunos recién están partiendo la campaña después de haber juntado las firmas.
Cada uno tuvo su momento más destacado. ME-O obviamente tiene un manejo televisivo bien impactante, sobre todo en el emplazamiento de Jara, que es algo que nadie se esperaba, de hecho ni ella misma se lo esperaba.
Harold Mayne-Nicholls me parece que logró darse a conocer en un ambiente que no necesariamente estaba acostumbrado, y por eso generó las reacciones que generó. Y Johannes Kaiser, que iba muy posicionado para enfrentarse a Jara, creo que hizo algunos puntos importantes respecto, por ejemplo, en la seguridad social en cuanto a la participación del inmigrante irregular en FONASA, y también lo de preguntarle cuál iba a ser el costo de este ingreso mínimo vital, que es una pregunta muy legítima hacia Jara, porque personas de su equipo lo habían descartado como propuesta.
—¿Y a quienes se le podría denominar “los perdedores”?
—Creo que Jara no fue capaz de mantener la compostura cuando fue emplazada, entre otras cosas porque me parece que no se lo esperaba, sobre todo cuando la cuestionó ME-O y Johannes Kaiser. No se sobrepuso bien y me pareció que su imagen corporal daba cuenta de que se picó mucho con la primera intervención que tuvo José Antonio Kast respecto a su participación o negativa de participar en los distintos debates.
El segundo que me parece pierde estatura presidencial es Franco Parisi, porque entró dispuesto al barro y eso obviamente tensiona en un momento que parecía que no estaban los ánimos para eso, me refiero especialmente al emplazamiento a Evelyn Matthei. Aunque esa cuenta viene desde hace mucho tiempo, creo que aprovechó la oportunidad para dar ese mensaje y finalmente lo dio.
—No mencionaste a Matthei y Kast entre ganadores o perdedores ¿cómo catalogas su desempeño?
—José Antonio Kast tenía el desafío de estar como el mejor posicionado por el viento de cola a la oposición y eso lo obliga a no arriesgar. Me parece que no arriesgó en el debate. Hubo una buena intervención respecto al emplazamiento con Jara, pero hubo un paso en falso al principio del debate con el cuestionamiento de los bots. Lo demás fue más bien parejo de lo que se esperaba de José Antonio Kast. Como no arriesgó, no ganó, pero tampoco perdió.
Evelyn Matthei fue particular porque está en posición de desafiante, está tercera en las encuestas y uno esperaría que arriesgara más. Tuvo un correcto desempeño pero no superlativo. Después del emplazamiento que le hizo Franco Parisi se notó que le complicó personalmente la pregunta, pero pudo salir airosa después de ese emplazamiento que era un poco maletero. Estuvo muy bien en esa salida, pero lo demás estuvo más bien parejo.
—A Jara y Kast se les vio en una dinámica de confrontación constante, como si ya estuvieran pensando en la segunda vuelta, ¿se están confiando mucho?
—Es una estrategia difícil entre otras cosas porque ellos concentran un porcentaje importante de la atención, pero no un porcentaje importante del tiempo. Entonces esto tiene más sentido como buscar emplazar al otro candidato, más que estar proponiendo cosas distintas, porque obviamente el tiempo es muy limitado. Y como hay ocho candidatos, eso también se presta para que otros te empiecen a emplazar.
—Jara, de hecho, trató de ignorar ciertos emplazamientos.
—Claro, ella evitó responderle a Johannes Kaiser, quizás por ser Johannes Kaiser, pero eran preguntas muy legítimas. El emplazamiento que le hace por la Seguridad Social y FONASA, y también lo de cómo va a financiar la propuesta que estaba diciendo, son preguntas que van a venir en los futuros debates de todas maneras, porque no se ha hecho cargo de esas dos cosas y son bien importantes.
—¿Cuánto puede resistir Jara esta dinámica en que todos la ataquen?
—Es bien difícil la situación que tiene porque la decisión que había tomado era no participar simplemente en estos debates, pero con el tiempo eso se hace insostenible. ¿Cuánto tiempo puede seguir no participando en estos debates cuando tienen mucha atención de las personas, tienen buena audiencia y terminan marcando la agenda de la semana?
Y por otro parte, Jara tiene el peso de hacerse cargo de lo que ha sido este Gobierno. A propósito de la discusión de salud, por ejemplo, la emplazaron ME-O, José Antonio Kast y Johannes Kaiser por las listas de espera, porque es un dato objetivo. En este Gobierno aumentaron las listas de espera, y cómo con la misma fórmula se va a lograr disminuir es algo muy difícil de transmitir. Al ser la candidata de continuidad va a tener ese desafío permanentemente.
—¿A Kast le renta concentrar sus esfuerzos en Jara más que en las propuestas propias?
—Creo que la estrategia de emplazar a Jara y relacionarla con el Gobierno es una estrategia correcta. El problema es que al menos seis de los candidatos están haciendo lo mismo y por tanto ahí el espacio para crecer es más reducido. Pero apostando a la baja aprobación del Gobierno, a que Jeannette Jara es la candidata de la continuidad del Gobierno, tiene sentido esa apuesta. El problema es que hay muchos disputando en el mismo espacio, entonces es difícil salir y hablar de otro tema cuando está dando resultado el tema principal.
—La gran incógnita antes del debate era si Matthei iba a reforzar su arremetida contra Kast, pero al parecer no fue así. ¿Qué te pareció?
——Creo que Matthei intentó confrontar con José Antonio Kast, pero eligió confrontar en un tema que es bien de nicho, que es respecto al déficit fiscal, respecto a la disminución del gasto público. Y eso puede ser técnicamente, o en la opinión pública, relativamente relevante o importante incluso, pero es difícil ver cuánto mueve la aguja en la elección presidencial.
—¿Te llamó la atención algo del lenguaje corporal? A Matthei se le vio nerviosa en un principio y a Jara visiblemente ofuscada.
—La imagen transmite mucho. Destaco el caso de Marco Enríquez-Ominami porque tiene un desplante envidiable para los candidatos, además una oratoria que es bien interesante.
El nerviosismo puede jugar malas pasadas. Por ejemplo, Jara cuando estaba enojada se ponía roja y se notaba que estaba roja, quizás por el calor del estudio, pero se le veía ofuscada y es muy difícil estar transmitiendo que uno está tranquilo cuando estás rojo.
El debate en general al principio fue medio tenso. Estaban todos los candidatos un poco pisando sobre huevos. Pero después pasó el minuto y el desempeño fue bastante razonable de todos los candidatos, salvo estas cosas excepcionales como el caso de ME-O, e incontrolables como el caso de Jara.
—Mirando hacia adelante, ¿le conviene a Jara seguir exponiéndose en debates?
—Jeannette Jara tiene que mostrar su programa y debatir, pero no le conviene estar expuesta a tantos candidatos. Eso me parece que está siendo definido por su propio equipo.
—Y en el caso de Kast y Matthei, ¿cómo proyectas sus futuras participaciones en debates?
José Antonio Kast, Jara y Matthei tienen el desafío de confrontar ideas, porque hay un espacio común que disputan, pero una confrontación que sea pacífica. Es una encrucijada bien incómoda: diferenciarse, pero sin quemar las naves, porque aparentemente lo que dicen todos es que en el escenario de segunda vuelta se apoyarían unos a otros.
Seguir participando en foros sin Jeannette Jara me parece que les vale menos la pena que si estuviera Jara, que es la que ellos se quieren diferenciar y emplazar. En ese sentido, creo que el formato de participar en debates con otros candidatos solamente les conviene a los que están peor posicionados, porque les da un espacio de visibilidad, pero es muy desafiante para los que están mejor posicionados porque se abren factores que no pueden controlar.
Pienso en el emplazamiento de Marco Enriquez-Ominami por no haber participado en las primarias de Jeannette Jara. ¿Por qué Jara se va a pronunciar sobre eso? Me imagino que no tenía una respuesta preparada, de hecho así pareció, pero es una incomodidad que no es muy agradable tenerla en todos los debates.