La épica que empieza en cada uno
No podemos esperar pasivamente a que surja un liderazgo épico que lo resuelva todo. La épica que falta en la política y en las instituciones debe comenzar en la ética personal y en el compromiso ciudadano. No para reemplazar la responsabilidad de quienes gobiernan, sino para exigirles más desde una ciudadanía consciente y coherente.
Soledad Teixidó