La economista Gabriela Clivio, académica de la FEN, consultora internacional y directora de Grey Capital, conversó con EL DÍNAMO sobre el escenario económico y político del país. Advirtió que la pérdida de competitividad tributaria, la inseguridad y la permisología están frenando la inversión y restando dinamismo al crecimiento.
Clivio es Magister en Finanzas en el ESE Business School y Magister en Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile. En el pasado se ha desempeñado como Gerente de Estudios en varias Corredoras de Bolsa y Gerente General en una AGF además de Economista Jefe de la Presidencia de la República en Uruguay.
– Si partes del vaso medio lleno, ¿en qué momento económico se encuentra Chile?
– Económicamente, entre todo, llega a ser el área en la que estamos mejor. En la pandemia se generaron muchos desbalances que hemos logrado solucionar de alguna forma. La gran inflación, consecuencia de los retiros, y gracias a la política monetaria súper contractiva que implementó el Banco Central, retomamos un crecimiento, pero que es mediocre.
– ¿Cuál es la posibilidad de salir de esa mediocridad? ¿Logramos despegar?
– No logramos despegar porque tenemos problemas súper urgentes que solucionar, que no necesariamente están relacionados con lo económico, por ejemplo, el colapso en salud, y en eso no ha habido una vuelta atrás. Tenemos a una directora de Presupuesto que pareciera ser la mejor de la historia, pero igual le desaparecen 1.600 millones de dólares y nos hemos comido la mitad de las reservas que había en el Fondo de Estabilización Social. Se suma el tema de la delincuencia, la inseguridad y la permisología.
– ¿Qué efecto directo tiene eso en la inversión?
– Si tengo que poner a la delincuencia y la inseguridad en términos financieros, al final tengo para todos mis proyectos de inversión una tasa de descuento más alta. Con una tasa de descuento más alta tengo menos proyectos que me dan un valor presente neto positivo y, entonces, hago menos inversión.
– Igualmente, Chile sigue siendo mucho más seguro que otros países de la región.
– Y sí, se escuchaba que en Colombia era muy peligroso y Brasil siempre fue muy peligroso. Podemos decir que hay otros países de la región que también son muy peligrosos, pero Chile se ha deteriorado. Y al final es la suma de todos los factores. Por ejemplo, antes Chile era un país tributariamente competitivo.
– ¿Hoy no lo es?
– Hubo varias reformas tributarias que aprobaron donde se prueba que no por tener mayor tasa voy a recaudar más, sino todo lo contrario. Ya no somos competitivos desde el punto de vista tributario, mientras que en el mundo ha habido una tendencia hacia la baja de las tasas a las empresas.
– Sumas y restas, ¿dónde estamos parados hoy día en materia económica?
Hemos perdido competitividad tributaria y hemos perdido seguridad. Ha habido mucho avance del narcotráfico y de la criminalidad. Y hay una fractura política que hace que en muchos temas no se pueda avanzar. Además, tenemos todo este tema de la permisología, que paraliza muchos proyectos de inversión. Entonces, cuando comparativamente tengo otro país que tiene precios de la tierra similares o los mismos recursos, pero que me da ciertas ventajas tributarias y no me da estos problemas de idas y vueltas para materializar una inversión, finalmente decido materializar la inversión en otro lado.
Mirada política
– Kast y Matthei por un lado y Jara por el otro, debaten sobre si bajar o no impuestos a las grandes empresas. ¿Qué dice la evidencia?
– O sea, acá la idea fue: subamos los impuestos porque queremos recaudar más. Entonces, se subieron las tasas de impuestos y lo que empezó a pasar fue que se desincentivó la inversión, el país creció menos, y al crecer menos se recaudó menos. Y si uno mira las cifras históricas, prácticamente el 80% de la recaudación viene por más crecimiento, no por alza de tasas.
Además, muchas veces se produce este efecto de la curva de Laffer, que es que yo quiero recaudar más, subo la tasa, pero empieza a generarse mucha evasión.
– ¿Con qué base deberíamos discutir?
– Tenemos que pensar hoy en día, de verdad, en bajar a lo que es el promedio de la OCDE. El promedio de la OCDE está en 23. Por lo menos, para empezar a conversar.
– ¿Observas que la bajada de los programas políticos dé piso para discutirlo con sensatez?
– En general, la ciudadanía debiera buscar coherencia, pero la coherencia parece que es un bien bastante escaso últimamente. Veo, por ejemplo, a Jeanette Jara que te dice que tenemos los recursos como la gran minería, pero después te dice que apoya explícitamente la ley de glaciares. Y entonces, ¿cómo? La minería de alta montaña es casi el 40% de la minería, el 40% de la minería de cobre. Entonces, en el fondo, tengo una inconsistencia gigantesca.
– ¿Y es igualmente inconsistente prometer una baja de impuestos corporativos de hasta el 10% en el programa de Kaiser o de hasta un 20% en el caso de Kast?
– O sea, me parecen programas de gobierno donde las cuentas tampoco cierran. Las cuentas no cierran en el programa de gobierno de Jara, y las cuentas no cierran en el programa de Kast tampoco.
– ¿Y te parece que se cierran en el de Matthei, sí?
– Sí.
– ¿Y por qué crees que no está congregando tanto apoyo?
– En el fondo, la irrupción de Kaiser hace ver a Kast menos a la derecha, que coquetea con la idea de que no es necesario el Congreso. Y, por otro lado, Jara que se baja de todos los foros y decide irse de gira porque se estaba pisando la cola.
– ¿Qué claves deberían mirar los ciudadanos en materia económica para definir su voto?
– ¡Claro que debe haber coherencia en el programa político! No puedes invertir en seguridad bajando los impuestos al 10%, por eso lo primero es que el programa cuadre. Pero creo que el voto de los indecisos no lo define eso.
– ¿Qué lo define?
– El voto duro de tu partido, de las personas que se identifican contigo, ya lo tienes. Y ese voto indeciso creo que es bastante menos racional de lo que cree la gente. Es mucho más emocional. Conecta contigo como persona, por la forma en la que respondes las preguntas, por la cercanía, porque no te peleas con los otros candidatos. Conecta contigo porque, cuando empiezas a responder preguntas, haces una broma y rompes el hielo, te paseas en la feria y hablas con la gente de a pie. Te convence la épica, en el fondo.