Secciones
País

Ernesto Llaitul es condenado a 15 años de cárcel por atentado incendiario en 2021

Llaitul y otros cuatro miembros de la CAM atacaron un fundo maderero en Los Ángeles, en el Biobío.

El Tribunal Oral en lo penal de Los Ángeles condenó a Ernesto Llaitul, hijo del líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul, a 15 años de prisión.

Esto, luego que fuera encontrado culpable de homicidio frustrado, incendio consumado e incendio tentado, tras el ataque incendiario al fundo Punta Arenas, ubicado en Los Ángeles, ocurrido en septiembre de 2021.

Además de Llaitul, otros tres miembros de la Coordinadora Arauco Malleco fueron condenados por los mismos delitos: Esteban Henríquez, Ricardo Delgado y Roberto Villouta.

Por su parte, Eduardo Cornejo recibió el beneficio de la pena remitida.

Ataque incendiario en Los Ángeles

El Ministerio Público detalló que el hecho por el cual fue condenado Ernesto Llaitul ocurrió el 9 de septiembre de 2021, cuando los involucrados llegaron al fundo maderero Punta Arenas, de la empresa forestal Río Deuco.

Ya en el lugar, atacaron a los conductores de camiones para posteriormente incendiar los vehículos.

En el fallo del tribunal, se consignó que los hechos señalan “una serie de indicios que en su conjunto permiten presumir fundadamente que los acusados Esteban Henríquez; Ernesto Llaitul; Ricardo Delgado y Roberto Villuora, actuando concertada y coordinadamente cometieron los hechos que se le atribuyeron en la acusación a título de coautores en los delitos de incendio en grados de consumado y tentado y dos homicidios frustrados”.

Notas relacionadas







Del fin de los pitutos a la pitutocracia

Del fin de los pitutos a la pitutocracia

Quizás el problema nunca fue el pituto en sí, sino quién lo ejercía. Porque al final del día, el Estado no se transformó en un espacio más transparente, más justo o más meritocrático. Solo cambió de manos. Y con ello, cambió también el tono: menos pudor, más autoindulgencia y la persistente convicción de que el poder, cuando es propio, siempre está justificado.

Foto del Columnista Bárbara Bayolo Bárbara Bayolo