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Las medidas que ordenó el Ejército tras cuestionar a militares “desaseados y mal afeitados”

El Ejército aseveró que “la adecuada presentación personal, sin ser privativa de la profesión militar, adquiere una mayor relevancia en nuestro caso”.

El Ejército ordenó adoptar una serie de medidas para revertir las “evidentes transgresiones al uso del uniforme” por parte del personal militar, de acuerdo con la instrucción emanada de la Comandancia General de la Guarnición de Ejército de la Región Metropolitana y Comando de Industria Militar e Ingeniería.

“En recurrentes inspecciones a instalaciones militares, como en la constatación de desplazamientos de personal institucional en la vía pública, se ha hecho frecuente observar evidentes transgresiones al uso del uniforme, así como un inadecuado empleo de vestimenta de civil para ingresar y transitar al interior de recintos militares, situaciones que afectan negativamente la imagen institucional”, plantea el documento en el que se cuestiona la presentación personal de los uniformados.

La Orden Guarnición N° 29, a la que tuvo acceso La Tercera, resalta que “la formación valórica y conductual de los integrantes de la Institución es correctamente impartida (…) en relación al comportamiento dentro y fuera del cuartel, procesos de los cuales no es aceptable permitir su dilución, al transcurrir la carrera profesional“.

El texto enfatiza que “la adecuada presentación personal, sin ser privativa de la profesión militar, adquiere una mayor relevancia en nuestro caso, debiendo ser entendida como una exteriorización fundamental del comportamiento, lo que incide en proyectar una correcta imagen profesional y de disciplina militar, constituyendo un sello distintivo que exige sobriedad, corrección, limpieza, higiene personal y una correcta apostura“.

Las medidas que ordenó el Ejército luego de cuestionar a los militares “desaseados y mal afeitados”

En esa línea, el documento apuntó al “uso incorrecto del uniforme, desaseado, incompleto o complementado con prendas y accesorios civiles ajenos a él”. Entre estos últimos incluyó lentes y bolsos antirreglamentarios, audífonos con arco, pulseras, carteras y mochilas, por ejemplo.

Además, criticó tanto el ingreso como la circulación de militares “vistiendo tenidas de civil absolutamente inapropiadas al contexto que los cuarteles y reparticiones, y ajenos a las actividades profesionales que se desarrollan en ellos”.

El Ejército cuestionó también la participación de militares “desaseados o mal afeitados” en actividades masivas y abiertas a la comunidad, y mencionó las visitas a alumnos, las exposiciones culturales y actividades sociales, entre otras.

A la vez, apuntó a la “circulación en la vía y transporte público, de personal militar vistiendo uniforme, sin observar normas de cortesía, decoro o apostura que esa condición exige“.

Tras las críticas, el Ejército ordenó algunas medidas tendientes a revertir estas situaciones “en todos los niveles”.

Así, manifestó que “se hace necesario adoptar una efectiva acción del ejercicio del mando, tanto en lo formativo como en lo correctivo, a fin de erradicar definitivamente estas conductas, generando las disposiciones y especialmente las medidas de control que ameriten para cada caso“.

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