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Abuso sexual y violación: las denuncias que estremecen a la Armada en los últimos días

La institución naval ha hecho noticia en los últimos días por una serie de denuncias graves.

Una nueva denuncia por abuso al interior de la Armada se conoció en las últimas horas, luego de que una ex funcionaria informó que fue desvinculada de la institución luego que acusó que el capellán de haberla acosado sexualmente, la que se sumó a la presentada con anterioridad por una suboficial, quien fue sancionada tras denunciar una violación por parte de un superior. 

El último caso lo protagonizó la sargento primero de sanidad naval Sara Narváez, quien a través de un video reveló que “fui víctima de acoso sexual en la capilla naval evangélica en horario de trabajo por el capellán evangélico de la Armada“.

Según planteó a continuación, “por compartir la palabra de Dios se me sancionó con la sanción gravísima, por lo cual este año me desvincularon como funcionaria de la Armada”, concluyó el registro audiovisual.

Posteriormente, la ex funcionaria dialogó con el matinal Contigo en la Mañana, de Chilevisión, donde detalló parte del abuso sexual que sufrió por parte del capellán.

El relato del abusoque cometió el capellán de la Armada

“Estaba lavando la loza y levanto los brazos para guardar la loza en los muebles aéreos y el capellán viene… yo no supe que vino desde su oficina, atravesó el templo y fue a la cocina, y me toma de la cintura. Me doy cuenta, y, por acto reflejo, tiro los codos para atrás“, contó, y dijo que le recriminó su accionar.

Sin embargo, lejos de retirarse y pedir perdón, el capellán “me dijo: Yo pasaba por aquí y no sé…. Como que lo tiró a la broma y le dije: disculpe, yo no le he dado la confianza para hacer esas cosas. Lo voy a denunciar, no importa lo que pase, lo voy a denunciar, le voy a avisar a mi oficial de división porque esto no puede ser“.

“Y me dijo: Bueno, si, total yo conozco a todos los almirantes, el hilo siempre se corta por lo más débil. A ti te van a echar y a mí no me va a pasar nada porque estas cosas pasan en la Armada y nunca quedan en nada“, complementó.

Planteó que “en ese tiempo me quedé callada por miedo, porque a lo mejor él si conoce a todos los almirantes y yo no conozco a nadie“, y manifestó que, pese a lo anterior, después presentó una querella en contra del capellán por el delito. Reveló que además incluyó a otros nueve funcionarios de la Armada en la demanda, todos ellos en calidad de encubridores.

En su relato, la ex funcionaria también recordó que en otra ocasión el capellán le dijo que estaba “enamorado” y que quería casarse con ella, junto con hacer insinuaciones eróticas. Incluso, en otra oportunidad le mordió el cuello.

La Armada, por su parte, emitió un comunicado en el que aseveró que se instruyó una investigación sumaria para indagar el caso, y aseveró que la denuncia se presentó “mediante oficio y no a través de los canales oficiales establecidos para estos casos por decisión propia de la denunciante“.

Además, descartó que su desvinculación se relacione con la denuncia contra el capellán y planteó que en 2024 se sancionó a la servidora naval “por cometer una falta grave a la disciplina, hecho completamente independiente y sin relación alguna con la denuncia de acoso sexual presentada en 2022“.

La otra denuncia contra la institución

El caso de la sargento primero de sanidad naval Sara Narváez se sumó al de la suboficial de la Armada que fue sancionada tras denunciar una violación durante un rito institucional

De acuerdo con el relato de la funcionaria, durante la celebración consumió una bebida que prepararon sus superiores y luego perdió el sentido, oportunidad que aprovechó uno de ellos para violarla.

No obstante, la Armada la sancionó a ella tras argumentar que habría propiciado la agresión sexual al realizar un baile que calificó como “provocativo”.

Durante la última semana de noviembre, la Corte de Apelaciones de Valdivia acogió un recurso de protección interpuesto por el Instituto Nacional de Derechos Humanos en representación de una funcionaria de la Armada.

Según determinó el tribunal, “se prodigó a la víctima y denunciante un tratamiento discriminatorio, al extremo de habérsele inferido violencia institucional por su género con ocasión del procedimiento administrativo sancionatorio al que dio lugar la denuncia en que manifestaba haber sido violada”.

En su fallo, la Corte ordenó borrar completamente la sanción de todos los registros institucionales, devolverle sus funciones sin limitaciones y mantener la investigación sumaria bajo reserva.

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