Durante las olas de calor que afectan a Chile, especialmente en ciudades como Santiago, los golpes de calor se han convertido en un riesgo real para la salud.
Esta condición ocurre cuando el cuerpo no logra regular su temperatura frente a ambientes extremadamente calurosos, lo que puede provocar mareos, fatiga intensa, sudoración excesiva, dolor de cabeza e incluso desmayos.
De acuerdo a los expertos en salidas, las personas más vulnerables son los adultos mayores, niños pequeños, quienes realizan actividades al aire libre y quienes tienen enfermedades crónicas.
Evitar un golpe de calor no requiere medidas complicadas, solo hábitos simples y constantes. Es esencial mantenerse hidratado durante todo el día, incluso si no se siente sed. También es recomendable no exponerse al sol entre las 10:00 y las 17:00 horas, usar ropa ligera y de colores claros, aplicar bloqueador solar y permanecer en lugares ventilados siempre que sea posible.
Con los niños, ofrecerles líquidos con frecuencia y proponer actividades tranquilas ayuda a reducir el riesgo de sobrecalentamiento. Y una regla que no admite excepciones es jamás dejarlos dentro de un automóvil cerrado.
Si ocurre un golpe de calor, actuar rápido puede salvar vidas. Lo primero es trasladar a la persona a un lugar fresco y con sombra, refrescar su cuerpo con paños húmedos, bolsas de hielo o agua fría, y ofrecer líquidos, evitando bebidas alcohólicas.
Después, es fundamental acudir de inmediato a un centro de salud. Cada minuto cuenta, y estas acciones pueden marcar la diferencia entre un desenlace grave y una recuperación segura.
Revisa a continuación las recomendaciones de Natalia Vidal, urgencióloga de la clínica Dávila Vespucio, para cuidar la salud ante el aumento de los incendios forestales.