El fútbol de antes: adivinen quién me dio su autógrafo
Hace mucho tiempo, cuando los hinchas eran respetuosos y no revestían peligro alguno ni en las gradas, ni en la calle ni en ninguna parte, se acostumbraba a esperar a los jugadores a la salida de camarines una vez terminados los partidos. Sólo para darles la mano o un palmetazo en la espalda, porque no había cómo sacarse una foto y menos una selfie.
Felipe Bianchi