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Doble homicidio en Graneros: las críticas al funcionamiento del 133 de Carabineros en zonas rurales

El crimen en Graneros despertó las alarmas sobre el funcionamiento del 133 de Carabineros en sectores rurales y aislados del país.

Más de una hora demoraron los efectivos de Carabineros en llegar al domicilio del matrimonio integrado por Carolina Calleja y Rodrigo González, en la localidad de Graneros, en la Región de O’Higgins, luego de que la mujer llamara al 133 para avisar que desconocidos les estaban disparando.

Cuando la operadora de la Central de Comunicaciones de Carabineros (Cenco) respondió la llamada la madrugada del miércoles, la víctima le contó que “están robando acá en Nuevos Campos, al fondo, donde está la media luna. Hay como cuatro personas, nos están disparando. Por favor, vengan. Urgente“.

En los instantes siguientes la uniformada intentó conseguir más información sobre lo que sucedía y en qué lugar estaban ocurriendo los hechos, a lo que Carolina respondió que era “acá en La Compañía con Nuevos Campos, donde está el Cristo afuera“.

Calleja intentó entregar otros datos de lo que estaba ocurriendo en su casa, hasta que luego de una serie de disparos, la llamada se cortó.

En el intertanto, desde Carabineros se dio la alerta para que cuatro patrullas recorrieran el sector y revisaran casa a casa para intentar ubicar la vivienda desde la que se efectuó la llamada. Un trabajo que tardó alrededor de 70 minutos en ubicar el lugar de los hechos, donde encontraron al matrimonio muerto a balazos.

Las críticas al funcionamiento del 133 tras el crimen en Graneros

Lo anterior generó cuestionamientos respecto del funcionamiento del teléfono 133 en sectores rurales, así como la necesidad de que los efectivos de la policía uniformada conozcan en profundidad el territorio que les corresponde.

En esa línea, el delegado presidencial de la Región de O’Higgins, Fabio López, aseveró que “Carabineros tiene que hacer una revisión de sus procedimientos“. Aquello, porque los policías no contaban con una gerroferenciación del teléfono celular desde el que se efectuó la llamada.

Y es precisamente este último punto el que generó las mayores críticas, dado que en la práctica la opción de contar con la gerroferenciación automática del teléfono desde el que se llama es técnicamente posible de inmediato, pero nuestro país no cuenta con la tecnología para saber la ubicación con solo el número de teléfono.

En esa línea, uno de los argumentos para proponer que se implemente esta tecnología es que una persona que está siendo atacada no siempre tiene la calma suficiente para entregar los detalles de su ubicación o alguna referencia precisa para encontrarla.

Otra de las críticas se relacionó con el diálogo que mantuvo la uniformada del Cenco con la víctima y lo poco efectivo que resultó para ubicar con mayor premura el lugar de los hechos.

Los datos que debería entregar la víctima para facilitar la llegada de Carabineros

Lo importante es entregar la dirección, ojalá el nombre de la calle con el número y la comuna. Además, lo ideal es decir lo que está pasando y quién es la persona que está llamando”, le detalló a Emol el capitán Daniel Medina, de Comunicaciones de Carabineros.

En esa línea, el uniformado dijo que con estos datos es mucho más fácil dar con la ubicación. “Sirve mucho si se tiene el del cuadrante, porque ahí uno se comunica con una patrulla que está circulando en las calles“.

Respecto del caso específico en Graneros, el capital Medina lamentó que ningún otro vecino del sector llamara al Cenco para alertar de lo ocurrido. “Sabemos que vecinos oyeron disparos, pero nadie nos advirtió ni dio una dirección“, apuntó.

Dijo también que lo ideal en los casos de familias que viven en sectores rurales y apartados, es que exista “una coordinación previa. Que las personas que viven en estas zonas conozcan su retén, ojalá tengan el número del cuadrante“.

Finalmente, desde Carabineros explicaron que alrededor de un 70% de las llamadas que recibe el 133 corresponden a bromas o falsas alarmas, lo que puede afectar la rapidez con la que se atienden las alertas que resultan ser verdaderas.

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