Francisco se convirtió en el segundo papa en visitar Chile, luego de lo realizado por Juan Pablo II en abril de 1987. Fueron tres días en que el sumo pontífice argentino estuvo en tierras nacionales, donde no solo estuvo en Santiago, sino que también visitó Temuco e Iquique.
Fue entre el 15 y el 18 de enero de 2018 que el máximo representante de la Iglesia Católica estuvo en nuestro país, siendo recibido por la entonces presidenta Michelle Bachelet, con quien también se reunió en el Palacio de La Moneda.
Sostuvo reuniones con autoridades, miembros de la sociedad civil, así como también integrantes de la iglesia, en un periodo donde las denuncias por abusos sexuales por parte de religiosos aún estaban en la palestra.
Fue en su segundo día en Chile cuando el Papa Franciscos se refirió a este tema. “No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza, vergüenza que siento por el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia“, dijo.
“Es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que nos empeñamos para que no se vuelva a repetir”, agregó.
Pero todo dio un vuelco cuando, de forma improvisada, durante su visita a Iquique, el sumo pontífice fue consultado respecto de las denuncias en contra del sacerdote Juan Barros, quien era sindicado como encubridor de los abusos que cometió Fernando Karadima.
“El día que me traigan una prueba en contra del obispo Barros, ahí voy a hablar. No hay una sola prueba en su contra, todo es calumnia“, dijo el argentino a una periodista, declaraciones que rápidamente dieron vuelta al mundo.
Dicha postura daría un vuelco meses después, cuando en abril reconocería que “he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada”.
Una de las imágenes más llamativas de la visita del Papa Francisco a Chile se registró en Iquique. Es que a diferencia de lo ocurrido en Santiago, en el Parque O’Higgins y en Maipú; y Temuco, en el norte del país la convocatoria no fue la esperada.
Para la misa que encabezó el pontífice se esperaba la asistencia de, al menos, medio millón de personas en la Playa Lobito, pero solo llegaron unos 100 mil.
Con esto, el papa puso fin a su visita de tres días en nuestro país, pero sus declaraciones sobre Juan Barros lo persiguieron en el resto de su gira.
