
Considerado como un testigo clave, el administrador general de la Fundación ProCultura, Johnny San Martín Flores, murió en octubre del año pasado antes de prestar declaración en el caso, apenas cinco días después de su detención por parte de la Policía de Investigaciones (PDI). Según el testimonio de ex funcionarios, se trataba de la persona de mayor confianza de Alberto Larraín y quien más sabía lo que sucedía al interior de la entidad.
De acuerdo con lo reportado por The Clinic, San Martín se descompensó luego de ser allanado por la PDI, por lo que fue derivado al Hospital San José, donde falleció debido a complicaciones con la encefalopatía hepática que lo afectaba.
Según la publicación, la madre de Josefina Huneeus, la encuestadora Marta Lagos, resumió lo que pensaban varios funcionarios y ex trabajadores de la fundación sobre la muerte del testigo clave: “Es culpa de ProCultura que se haya muerto“, dijo, según registra una de las conversaciones que fueron interceptadas a la ex esposa de Alberto Larraín.
Lo anterior, porque según se reveló, hacía varios meses que ProCultura no pagaba las cotizaciones previsionales del trabajador, lo que le impidió tratarse esa y otras dolencias que lo afectaban. Pero no solo eso, ya que como tampoco contaba con Fonasa, no pudo realizarse exámenes que habrían resultado fundamentales para detectar la gravedad de la situación en la que se encontraba.
Cuánto le debía ProCultura al testigo clave al momento de su muerte
En otra conversación telefónica que le fue pinchada a Josefina Huneeus, la psiquiatra habló del no pago de las cotizaciones con Constanza Gómez, la representante legal de ProCultura, quien le recalcó que “para la familia (de San Martín) es espantoso esto de que no hayan estado pagadas las cotizaciones, porque el hueón no podía hacerse ningún examen”.
La indagatoria del medio reveló a la vez que justo ese 9 de octubre en que fue detenido, Johnny San Martín tenía agendada una hora en el Centro Médico Colina Salud, a la que no pudo asistir.
También dio a conocer el correo electrónico a través del cual el fallecido le había hecho patente a Larraín no solo el no pago de las cotizaciones, sino tampoco de su sueldo: “Estimado Alberto, muy buenas tardes. Te escribo el presente correo para saber cuándo me van a transferir el saldo del mes de junio y el sueldo del mes de julio, demás está decir que debido a todo esto, todo se me ha complicado y realmente necesito el dinero. La otra consulta es saber cuándo se realizará el pago de mis imposiciones”.
En su respuesta Larraín le dijo que le ayudaría a título personal, ya que “es plata que no existe” y que “más no puedo hacer”.
Según la conversación que mantuvieron Constanza Gómez y Josefina Huneeus el 12 de octubre de 2024, la deuda de ProCultura con Johnny San Martín, dos días antes de su muerte, ya sumaba $2.963.000.
Fue este episodio el que marcó un quiebre definitivo entre parte de los directivos de ProCultura con el fundador de la fundación, Alberto Larraín.