Perú pide la extradición de “Satanás”, temido sicario del Tren de Aragua detenido en Chile

El martes 24 de enero de este año, la Corte Suprema informó que el ciudadano venezolano David Hernán Landaeta Garlotti sería extraditado a su país para enfrentar cargos de homicidio calificado. “Satanás”, como le apodan al interior de la organización criminal del Tren de Aragua, fue detenido en marzo del año pasado por personal de la Policía de Investigaciones (PDI) en un caso de secuestro de Alto Hospicio y, a pesar de la resolución del máximo tribunal del país, este peligroso delincuente sigue sin conocer su futuro.

“En el marco del proceso penal seguido en contra del requerido en tribunales chilenos, este se encuentra en etapa de investigación formalizada, por lo que rige plenamente a su respecto la presunción de inocencia“, indicó la resolución que permite su salida del país para enfrentar a la justicia extranjera.

Sin embargo, esto no ha ocurrido según pudo confirmar EL DÍNAMO al acceder a la solicitud de extradición que realizó Perú para poder juzgar a Landaeta con fecha 18 de mayo.

“Satanás” se fugó de la cárcel de Tocorón tras detonar dos granadas e ingresó a la nación vecina con una identificación falsa para luego entrar a Chile por un paso fronterizo irregular. Estaba escapando.

En suelo peruano, este ciudadano venezolano también es acusado de homicidio calificado “en grado de tentativa” por la muerte de Albert Grajeda Puma, mayor de la policía que fue abatido en un asalto de un bazar del distrito San Martín de Porres (Provincia de Lima) en 2018.

El peligroso y temido perfil de “Satanás”

David Landaeta es uno de los sicarios más temidos del Tren de Aragua. Es reconocido como autor de cortes de dedos, de secuestros y de ser duro en el proceso de cautiverio.

De acuerdo a los peritajes sicológicos que ha realizado la policía de Perú en medio de este proceso por la muerte del oficial Grajeda, “Satanás” no presenta alternaciones mentales que lo priven de ser consciente de la realidad.

Es calificado como un tipo antisocial, que no tiene respeto por las normas sociales y sólo mantiene relaciones humanas con otros delincuentes.

“Es cínico, suspicaz, irreverente y desafiante con las autoridades”, es el detalle de su violento perfil.

Mientras se desarrolla este nuevo proceso, en la fiscalía han insistido en que el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela no coopera para llevar de vuelta a prófugos de su justicia como sucede en este caso.

“No tenemos respuesta a nuestros requerimientos, de ubicación o de establecer la verdadera identidad de determinadas personas y eso perjudica las investigaciones de una corporación del crimen con distintas líneas de negocios… La colaboración permitiría, entre otras cosas, establecer mejores mecanismos de análisis y, sólo como un ejemplo, obtener huellas digitales y el grado de peligrosidad aceleraría los procedimientos investigativos”, ha declarado el fiscal preferente de Tarapacá, Raúl Arancibia.